Bebé

Cómo cambiar el pañal de un bebé: consejos prácticos

Unos padres primerizos enfrentados a su primer pañal encuentran también su primera opinión compartida… el tema se presenta complejo y nada apetecible 😀

No os preocupéis, aprenderéis tan rápido que en nada podréis cambiar un pañal casi con los ojos cerrados.

Por lo general, podréis recibir las primeras clases prácticas en el hospital, donde os explicaran cuidadosamente cómo hacerlo de la manera correcta y perder así el miedo. Después de 2 o 3 veces, veréis que también vosotros os volveréis expertos en el cambio del pañal. Y en cualquier caso, tendréis ocasión de practicar mucho!

Para echar una mano en las primeras veces hemos recopilado algunas indicaciones prácticas.

Principales recomendaciones para cambiar pañales.

El cambio de pañal debe llevarse a cabo en un lugar seguro, con todo lo necesario al alcance de la mano.

Puedes comprar un cambiador o hacerlo tu mismo/a. Seguridad y practicidad son los principales aspectos a tener en cuenta.

JAMÁS deberás dejar al niño solo en la mesa de cambio, un solo instante basta para una fatalidad.

Necesitarás tener a mano lo siguiente:

  • Pañales (más de uno por si acaso…)
  • Ropa de repuesto
  • Almohadillas de algodón o gasa (a ser posible un pequeño recipiente con agua tibia)
  • toalla
  • crema protectora si fuera necesario

Recomendamos usar toallitas limpiadoras solo fuera de casa, cuando no hay agua disponible. Pero estés en casa o fuera, puedes elaborar tus propias toallitas limpiadoras caseras para cuidar la piel de tu bebé*.

Las deposiciones del bebé suelen llegar durante o inmediatamente después de las tomas. En ocasiones aprovecharás al cambio de pecho para cambiar al bebé, aprovechando para desperezarlo si se duerme durante la toma, pero es probable que tengas que volver a cambiarle al acabar.

El cambio

Es importante lavarse bien las manos antes de empezar. Luego, pon al bebé en el cambiador, desliza sus pantalones hasta los tobillos o retíralos del todo para más comodidad. Libera los botones del body y sube el body hasta la cintura sin miedo, para asegurar que no se ensucia la ropa.

Ahora abre el pañal pero no lo retires. Sostén suavemente las piernecitas en alto por los tobillos, con una mano, para evitar que se ensucie, sobretodo en presencia de heces.

Los niños más que las niñas, tienden a orinar cuando abres el pañal, así que… presta atención a las salpicaduras y cúbrelo con un un pañal o una toalla si es necesario.

En caso de cambiar heces, usa el pañal para arrastrar la mayor parte de las mismas y luego mantén las piernas en alto, retira el pañal, ciérralo y déjalo a un lado.

En este punto, sería práctico y recomendable llevar al bebé al baño y lavarlo con agua corriente bajo el grifo (verificando primero la temperatura del agua).

La mejor temperatura del agua para un recién nacido (que es la que debe usarse para bañarle) es de 35 a 37 grados. Al principio, es posible que necesites un termómetro para determinar a qué temperatura está el agua pero aprenderás rápidamente cómo medirla tú misma probando la temperatura con el codo.

Puedes usar un gel suave para recién nacidos.

Si decides no llevarle al baño, deberás usar almohadillas de algodón empapadas en agua tibia, que deberás tener a mano al empezar todo el proceso.

Cuando limpies al bebé, presta atención a los pliegues de su cuerpo, donde se atora la suciedad. En los niños, lava bien los genitales sin forzar el prepucio (la piel que cubre la parte terminal del pene). En las niñas, pon especial atención a la zona entre los labios mayores y los menores para que quede bien limpia; y fíjate en hacer la limpieza desde los genitales hacia el ano, y no al revés, para evitar infecciones provocadas por gérmenes de las heces.

Una vez limpio, sécale bien, asegurándose que la piel no quede húmeda entre los pliegues. La humedad podría provocarle irritación.

Sosteniendo las piernas hacia arriba, desliza el pañal limpio debajo del culito y luego procede con el cierre evitando apretarlo demasiado. Trae un lado hacia el ombligo y luego el otro simétricamente.

Un sistema útil para evitar olores y compactar los pañales sucios es un depósito higiénico para este efecto. El pañal sucio o la bolsa que contenga pañales debe tirarse a la basura de rechazo.

En caso de irritación del pañal.

El bebé puede sufrir un enrojecimiento de la piel del culito por varias razones:

  • Frecuencia de cambio de pañal demasiado baja, que obliga al niño a permanecer en contacto con las heces y la orina durante demasiado tiempo.
  • Piel especialmente sensible
  • Jabones y detergentes demasiado agresivos
  • Roce del pañal
  • Uso de toallitas demasiado agresivas
  • Heces irritantes

La mejor prevención se hace cambiando frecuentemente el pañal, manteniendo la piel lo más seca posible y aplicando las indicaciones enumeradas más arriba.

Si la piel se irrita, se puede usar una capa de crema de óxido de zinc (durante 3-4 días en cada cambio de pañal).

Si la irritación empeora y aparecen puntitos es aconsejable acudir al pediatra en busca de consejo, ya que podría tratarse de una infección por Candida que debería tratarse con una terapia adecuada recetada por el médico.

 

 

 

* Como preparar tus propias toallitas limpiadoras.

Recorta en cuadrados o rectángulos del tamaño que te convenga, una toalla usada y suave al tacto. Si le haces un dobladillo evitarás que se deshilache. Puedes humedecerlas por la mañana con agua caliente y almacenarlas en un recipiente isotérmico para que se mantengan tibias y listas para su uso. La mezcla para humedecerlas se compondría de una taza de agua hirviendo, escamas de jabón de Marsella, 3 gotas de lavanda y una cucharada de aceite vegetal.

Para las pieles muy delicadas, 2 tazas de agua hirviendo, 2 bolsitas de camomila, 2 cucharadas de aceite de oliva, 5 gotas de aceite de árbol del té.

Tanto la lavanda como el árbol del té tendrán una función antibacteriana y ayudarán a conservar esta solución durante una semana.

 


Comentarios