Parto

PVDC, parto natural después de cesárea: ¿cuando es posible?

PVDC es el acrónimo de Parto Vaginal Después de Cesárea (del inglés Vaginal Birth After Cesarean, VBAC). En España desafortunadamente, 1 de cada 4 bebés nace mediante cesárea en lugar de mediante parto natural, y obviamente no a causa de las madres. Según recomendación de la OMS (Organización Mundial de la Salud), un máximo de 10-12% de los partos podrían llevarse a cabo mediante cesárea, siendo este porcentaje el que se estima para partos con complicaciones, que requieran esta “maravillosa operación de salvamento” como describe Michel Odent el corte cesáreo.

La estandarización del parto

Desafortunadamente, se ha perdido la capacidad de reconocer lo que es natural, el temor nos bloquea y recurrimos a la medicalización. Tenemos miedo de que suceda cualquier cosa grave a mamá o bebé, miedo de tener fe en que puedan hacerlo, porque a la vuelta de la esquina hay una denuncia amenazando, y miedo porque ya no estamos acostumbrados a ver cuán maravilloso es un nacimiento que se desarrolla sin ninguna intervención ni molestia.

Los tiempos del parto han sido insertados en tablas inflexibles, que no tienen en cuenta todo lo que puede influenciar el delicado equilibrio de las hormonas reguladoras del parto. Con el tiempo, la medicalización, las tablas, manuales, tiempos concretos, falta de observación, han acabado por olvidarse algunas cosas que requerían solo práctica y que ahora ya no se valoran; y muchos médicos rechazan tomar cualquier riesgo por madres e hijos y se aferran a un camino más técnico pero que han podido aprender en los libros y conocen bien.

Los riesgos de la cesárea

La cesárea no es una alternativa de parto para traer al mundo a un bebé, es una verdadera operación quirúrgica con la que se consiguen hacer nacer niños, a pesar de todos los riesgos propios de cualquier operación, más los que se suman para los siguientes embarazos.

En comparación a un parto natural, hay mayores riesgos de hemorragia, riesgos de atonía uterina (el útero no recupera su tonicidad natural) y otras complicaciones ligadas con la operación en sí misma: riesgo de embolia pulmonar, mayor morbilidad (mayor posibilidad que la madre enferme, sufra infección, requiera transfusión, etc.), riesgo de dañar algún órgano durante la operación, y mayor mortalidad (de 2 a 10 veces mayor).

Para el bebé, los riesgos incluyen mayor riesgo de problemas respiratorios y lógicamente una menor puntuación APGAR (Aspecto, Pulso, Irritabilidad _del inglés Grimace_, Actividad y Respiración).

También suele haber mayores dificultades para la lactancia materna debido a la cesárea y a lal mayores dificultades de movilidad, dolores, separación para con el bebé, etc.

Uno o más cortes cesáreos puede llevar a anomalías en el afianzamiento de la placenta en posteriores embarazos, debido a las cicatrices en el útero: la placenta podría asentarse sobre el corte haciendo más difícil su posterior desprendimiento o si la cicatriz fuera baja podría formarse una placenta previa o previa marginal, sobre todo cuando hay varios cortes por cesárea.

Las operaciones llevan a la formación de cicatrices y tejido cicatricial que podrá crear adherencias entre órganos internos, y éstos pudieran ser el origen de complicaciones durante intervenciones sucesivas o embarazos extrauterinos. Las adherencias no siempre ocurren pero a más operaciones, mayor es la probabilidad de que se formen esots filamentos de tejido cicatricial.

El PVDC

La complicación más temida cuando se piensa en un parto natural después de una cesárea es la rotura del útero a nivel de la cicatriz. Esto se debe a que el punto del útero en que se han efectuado cortes sucesivos y posteriores suturas es más frágil y podría soportar mal las contracciones si no ha habido tiempo de cerrar bien, o se procede a una estimulación de las contracciones y el trabajo de parto en general, por oxitocina sintética o prostaglandinas (con parto inducido o pilotado), que por este motivo se desaconsejan.

Estudios recientes han demostrado que la rotura de útero post-cesárea no es mucho más común que sobre un útero sano e intacto y su probabilidad es por tanto comparable. Sí se evidencia que cuanto más tiempo pasa entre una cesárea y el siguiente embarazo, menor es la probabilidad de una rotura de útero:

  • Antes de 12 meses hay un 4,8% de posibilidades
  • Entre 13 y 24 meses baja a 2,7%
  • Entre 25 y 36 meses baja incluso a 0,9%
  • Después de 36 meses, baja al 0,2%

Si se esperan cerca de dos años después de una cesárea y antes del siguiente embarazo, el cuerpo habrá tenido tiempo de recuperarse y afrontará en mejor estado el parto y luego el primer hijo será más fácil de gestionar junto al neonato!

Es debido a la rotura uterina que siempre se ha temido un parto natural después de una cesárea y que los médicos lo desaconsejaban. Los últimos estudios y directrices europeas avogan por permitir la opción del parto natural para mujeres que han tenido incluso dos cesáreas previas. Esto se debe a que se ha desmostrado que la rotura uterina de úteros con tiempo suficiente para cicatrización y recuperación es parecida en proporción a la de úteros sanos, sin cesáreas previas.

Parto vaginal… desafortunadamente llamado así (TOLtrial of labor”) y no parto verdadero y natural, como en mi opinión debería ser abordado; un parto normal que puede sufrir complicaciones dentro de la normalidad, y que cualquier mujer con embarazo y parto de bajo riesgo puede superar.

Aproximadamente 3 de cada 4 mujeres que prueban a dar a luz naturalmente, ¡finalmente lo hacen con éxito! Los porcentajes son parecidos entre PVDC y mujeres sin cesarea previa, aunque estos varían entre regiones.

La asistencia hospitalaria se basa en las directrices redactadas con base a investigaciones y artículos científicos seleccionados. Con esto, puede suceder que en ocasiones en que no haya suficientes antecedentes conocidos, se proponga un abordaje precavido para evitar riesgos; en Italia por ejemplo, no habiendo suficiente información sobre partos naturales en mujeres con 3 cesáreas o más, no solía ni ofrecerse esta opción en algunos centros. Existen estructuras y comadronas privadas que se sienten competentes y seguras al dar asistencia a mujeres con 2 o más cesáreas previas y hay también testimonios y pruebas de que los casos se llevan adelante con éxito.

No tienen opción al parto natural las mujeres que ya hayan sufrido una rotura de útero previa, aquellas que hayan sufrido otra operación con una incisión longitudinal en el útero (no el clásico corte a la altura del biquini) y en ocasiones los partos que requieran una inducción medicalizada.

Lo más importante de todo el proceso de parto es estar informada. Hay muchos ginecólogos, comadronas y hospitales que, a pesar de las directrices internacionales y los estudios científicos que indican claramente que es más sano y menos arriesgado un parto natural que una cesárea, os indicarán que es mejor la cesárea. Os diran que un parto natural tiene riesgos, u otros argumentos que pueden confundiros.

La asistencia a un parto en un PVDC

En caso de PVDC, es importante subrayar y tener en cuenta lo siguiente: asistir un parto de una mujer con cesárea previa es diferente a hacerlo en un parto natural sin precedentes de cesárea. Habrá señales físicas, corporales, que podrán darse o no según el miedo que se sufra; no se puede anticipar si el cuerpo tomará ritmos más lentos porque se sabe más delicado, si irá más despacio para no dañarse y quizás la dilatación tome algo más de tiempo o quizás las contracciones sean más suaves o más distantes. Para alguien que no sepa que el cuerpo de una mujer pre-cesariada se comporta de manera distinta, estos ritmos y comportamientos pudieran parecer anormales y podrían llevar a tomar la decisión de una nueva cesárea…innecesaria.

Obviamente, si durante el embarazo se presentan condiciones que requieren la cesárea, como patologías que requieran la intervención urgente o una presentación anómala del bebé, o bien no surgen contracciones espontáneamente más allá del final de las semana 42, la madre tendrá que y por suerte podrá dar a luz a su bebé mediante cesárea.

El PVDC no cura un corte cesáreo previo

A pesar de que el PVDC sea un objetivo recomendable y seguramente una “venganza” del sufrimiento anterior, no es la cura para el dolor dejado por el corte cesáreo previo! Si éste, además de la cicatriz en el abdomen, ha dejado una herida profunda, deberá hacerse un camino largo e intenso, pero no se puede esperar que el PVDC venga a ser la cura del vacío dejado por la cesárea previa, aunque seguro refuerza a cualquier mujer. En caso de sentir semejante vacío, la curación deberá venir por otras vías: con terapias de grupo para ayuda mutua, entrevistas con psicólogos y todo aquello que sirva para construir y comprender las propias vivencias y quizás para renacer como madre, antes de afrontar un nuevo embarazo. Este proceso tiene importancia porque pudiera volverse a sufrir otra cesárea o bien porque a pesar de conseguir disfrutar un precioso parto natural, el vacío dejado previamente pudiera no verse colmado. Así, crearse una red de sustento en la familia, amigos, obstetra, comadrona y psicólogos pero también más allá del primer círculo, quizás comentando online con mujeres que hayan vivido experiencias parecidas, puede llevar a la madre a reforzarse y tomar la determinación necesaria para afrontar la posibilidad del parto lo más natural posible, en esta sociedad aún cerrada a lo natural y a lo menos arriesgado, sólo por miedo a lo desconocido o imprevisible.

Algunos libros que pueden ser de utilidad:

¿nacer por cesárea?_evitar cesáreas innecesarias”  Ibone Olza – Enrique Lebrero Martinez


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