Bebé Lactancia

Lactancia a demanda. ¿Te usa como chupete? ¿Mama constantemente?

La lactancia materna es exigente y muy cansada, sobretodo al principio. A menudo tenemos una visión idílica del post-parto, pero la realidad es diferente y está lejos de la visión maravillosa que nos llega de los anuncios y películas de la tele. Los recién nacidos, pero también los niños ya más grandecitos, están «programados» para el contacto continuo y, por lo tanto, buscan ininterrumpidamente tu pecho, tu leche, tu cuerpo de madre, y una sillita o mecedora y un chupete están lejos de cubrir sus expectativas.

«Lactancia a demanda, Señora…» se oye en la consulta del pediatra, y la mirada de las madres refleja la confusión del contraste, después de que durante décadas fueran bombardeadas con tablas y reglas a seguir, dadas a menudo por hospitales donde los esquemas eran: 6h30 – 10h – 13h30 – 17h – 20h30 – 24h con un descanso de 24h a 6h30 de la mañana!

El gran dilema.

«Me usa como chupete? quiere estar siempre al pecho?»

Tiempo atrás, las madres estaban acostumbradas o no a responder con prontitud a las necesidades de su recién nacido, o bien a hacerlo cuando el bebé gritaba ya tan desesperadamente que la urgencia hacía que no se detuviera ni para respirar hasta que se hubiera saciado completamente, con la avidez propia de una prohibición.

Sin embargo, los bebés nos dan señales de que tienen hambre: se vuelven inquietos, giran la cabeza de lado a lado, se chupan dedos y manos, chasquean la lengua…hasta que lloran. El llanto es solo su último recurso e ignorarlo no puede llamarse una forma de comunicar, es solo eso: ignorarlo.

Una madre en lactancia a demanda es una madre que no mira el reloj y ni siquiera sabe cuantas veces se alimenta su bebé en 24 horas, y no debe preocuparse por estar malcriando al niño o cualquier otra barbaridad, sino que simplemente cubre sus necesidades a medida que estas surgen.

Por otra parte, tampoco ayuda mucho las continuas preguntas y dudas de familiares, madres, suegras e incluso profesionales:

«¿Pero está bien? ¿No come muy a menudo? ¿Aún se levanta por la noche? ¿Ya se ha regularizado?»

En realidad, ¿no es absolutamente normal que un recién nacido busque a su madre en cuanto se despierta o cuando intenta dormirse?

Y cuando nosotros comemos, ¿seguimos los tiempos y cantidades establecidos por otros, o nos regulamos según nuestro apetito, actividad y estado de ánimo en cada momento?

Y, finalmente, recién enamorados, no buscamos todos estar con esa persona, que esté siempre cerca, abrazarla continuamente, escuchar su voz…?

Pensemos en ello 🙂

¿Cuántas tomas hace un recién nacido en las primeras 24 horas?

Pueden ser 8, 12 pero también 15 o más tomas en el día. Con pausas cortas o largas. No hay una norma en firme.

Además, los niños maman más por la noche porque los picos de prolactina son mayores y, de hecho, se ha visto que el 20% de sus necesidades diarias se cubren durante estas alimentaciones nocturnas.

Un contacto muy recomendable es el co-lecho (dormir juntos) y es preferible no ofrecerle chupetes al niño para que pueda compartir su necesidad de alimentarse. Las infusiones están totalmente prohibidas pues solo engañan su estómago.

Un niño que hace muchas tomas es simplemente un niño de alto contacto que necesita a su madre y tiene en el pecho no solo una forma de alimentarse, sino también una tranquilidad, una relajación, una comunicación y una comunión con su madre.

Hay niños que realizan las llamadas alimentaciones en racimo. Son comidas cortas y frecuentes mediante las que, de manera entrecortada, al final del día el bebé habrá tomado todo lo que necesita, lo mismo que lo hará un recién nacido que haga tomas largas con un gran intervalo en medio.

¿Qué no hacer durante la lactancia a demanda?

  • Espaciar las tomas. Esto solo disipa las energías de la madre, energía potencialmente dedicable a la pareja madre/hijo.
  • Administrar tés e infusiones. Por una parte, no son alimentos adecuados para un intestino inmaduro, de menos de 6 meses, y por otro, el uso del biberón requiere una succión completamente diferente a la del pecho y esto en algunos niños puede crear confusión.
  • Estirar el horario, distraerlo cuando empieza a inquietarse.
  • Agregar un suplemento/ ayuda con la esperanza de que esto distancie las tomas.

Qué hacer

  • Acudir a una comadrona o enfermera de lactancia materna para que revise el modo en que hacéis las tomas. A menudo los errores que se cometen son pequeños y se necesita muy poco para mejorar mucho la situación.
  • Aprender a leer los signos de hambre de tu hijo:
    • Abre la boca
    • Gira la cabeza
    • Saca la lengua
    • Se chupa las manos.
    • Grita

La lactancia materna es un proceso único, diferente de una mujer a otra y de un niño a otro. Un niño que demanda tomas frecuentes es un niño que, obviamente muestra de esa manera particular su necesidad elevada de contacto, y su carácter.

Confía en tu hijo, se paciente y tomaros tiempo juntos. Es hora de mamar, dormir, cuidaros, acunarlo, calmarlo, cambiarlo, lavarlo y cualquier otra cosa que surja. Cuanto más tiempo paséis juntos y tranquilos, más aprenderéis a comunicaros y a satisfacer vuestras necesidades y apetencias. Este tiempo pasará pronto…aprovecha lo bueno, pues es irrecuperable.

Feliz lactancia a los dos!


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