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Fontanelas del bebé: para qué sirven y cuándo se cierran

Entre las preguntas más frecuentes de los padres de recién nacidos están las relativas a las fontanelas o puntos blandos. Muchos padres se preguntan qué son, cuándo se cierran, qué ocurre si se cierran demasiado pronto o demasiado tarde y qué significa que tengan hoyuelos o estén demasiado hinchados y sobresalgan. Algunos tienen miedo de tocarlos por temor a lastimar al bebé, otros simplemente no les gusta tocarlos (un poco como el ombligo). Aquí están las respuestas a las preguntas más frecuentes.

¿Qué son las fontanelas del bebé y cuántas hay?

El nombre de fontanela viene del hecho de que, a veces, se puede escuchar su pulsación, como una pequeña Fontanela.

Las fontanelas están formadas por un tejido blando y fibroso, pero muy resistente, y están situadas entre los distintos huesos del cráneo.

Su presencia permite que el cráneo sea moldeable y, por lo tanto, que pueda pasar por el canal de parto al nacer. Además, las fontanelas permiten un rápido crecimiento del cráneo, que se produce sobre todo en el primer año de vida.

Hay seis fontanelas en total, pero en realidad sólo dos, la anterior (la más grande) y la posterior (la más pequeña) tienen un tamaño significativo, las demás son muy pequeñas y difíciles de palpar.

En el primer año de vida del niño, la masa cerebral aumenta considerablemente, pasando de 350 a 700 gramos, y el perímetro cefálico medio aumenta de unos 35 a 48 centímetros. La fontanela anterior (llamada bregmática) es la más grande y es prácticamente la que se palpa con más frecuencia; tiene forma romboidal y las dimensiones al nacer, aunque son muy variables, están entre 2 y 4 cm de diámetro. La fontanela posterior tiene forma triangular y un diámetro de aproximadamente 1 cm.

¿Cuándo suelen cerrarse las fontanelas del bebé?

Una vez que el tejido óseo duro ha ocupado el lugar del tejido fibroso y las fontanelas ya no se pueden palpar, se dice que se han cerrado. Este proceso no se produce simultáneamente y puede durar hasta dos años.

De las dos Fontanelas más grandes, en general:

  • la trasera: se cierra entre las 6 semanas y los 3 meses de edad;
  • el anterior: comienza a cerrarse alrededor de los 6 meses y se completa entre los 18 y 24 meses.

También en este caso, como en el de la talla, es necesario subrayar que existe una variabilidad individual: una fontanela puede cerrarse antes o después y seguir siendo normal. Corresponderá al pediatra establecerlo mediante el seguimiento del crecimiento del perímetro cefálico del niño y la posible presencia de otros signos clínicos.

¿Y si la fontanela se cierra demasiado pronto?

Como hemos visto, la presencia de las fontanelas no sólo permite moldear el cráneo durante el paso por el canal del parto, sino que también garantiza que los huesos del cráneo puedan adaptarse al crecimiento del cerebro, que es muy rápido, sobre todo en el primer año.

Si se cierran demasiado pronto, puede producirse una soldadura prematura de los huesos del cráneo, que puede crecer de forma desigual y, en casos más graves, provocar la falta de espacio suficiente para que el cerebro crezca en una «caja» que se hace demasiado pequeña para contenerlo.

A veces es difícil palpar las fontanelas del bebé, parecen estar cerradas, pero en realidad siguen abiertas y permiten un crecimiento craneal regular. Será tarea del pediatra, durante las evaluaciones de salud y las revisiones periódicas, controlar el tamaño de las fontanelas y, en particular, medir la regularidad del crecimiento del perímetro craneal comparándolo con unas tablas llamadas percentiles que permiten seguir el crecimiento de la cabeza a lo largo del tiempo (como se hace con el peso y la talla).

Si, por el contrario, la soldadura es prematura y la cabeza no crece adecuadamente, hay que seguir el consejo del pediatra y realizar otras investigaciones (examen neuroquirúrgico, examen ocular con fondo de ojo, radiografía craneal u otros).

¿Y si la fontanela se cierra demasiado tarde?

El retraso en el cierre de la fontanela debe incluirse siempre en la evaluación general del niño por parte del pediatra, ya que deben tenerse en cuenta otros signos clínicos que pueden orientar el diagnóstico.

Algunas enfermedades, en particular el hipotiroidismo y el raquitismo (debido a la carencia de vitamina D), y algunos síndromes como el síndrome de Down, también pueden manifestarse con un retraso en la osificación del cráneo y, por tanto, con la presencia de fontanelas grandes en relación con la edad del niño.

Cómo palpar la fontanela o punto blando

Normalmente, las fontanelas se palpan con el bebé en posición sentada y en un momento en que está tranquilo: en este caso, el tejido fibroso de las fontanelas está casi al mismo nivel (o al menos ligeramente por debajo) que el de los huesos del cráneo y es normal poder sentir pulsaciones con los dedos.  Pero a veces las fontanelas del bebé pueden aparecer huecas, hundidas, o viceversa, pueden aparecer más altas, sobresaliendo de los huesos.

Fontanela hundida

Una fontanela palpable muy por debajo de los huesos suele estar relacionada con la deshidratación del niño y puede ser una señal de alarma. En general, esto ocurre cuando los líquidos tomados son insuficientes o no compensan los perdidos.

Las principales causas de deshidratación son:

  • no se alimenta bien al pecho o con leche de fórmula;
  • enfermedades con diarrea, vómitos, fiebre alta;
  • estar en un ambiente caliente y sobrecalentado durante mucho tiempo.

Sin embargo, la deshidratación va acompañada de otros signos como una escasa producción de orina, irritabilidad, somnolencia excesiva, boca y labios secos, llanto sin lágrimas.

Si se sospecha que hay deshidratación, es fundamental ponerse en contacto con el pediatra e iniciar cuanto antes la rehidratación con soluciones de rehidratación que contengan agua y sales minerales administradas por vía oral o, en los casos más graves, por vía intravenosa. (¡Recuerde que el agua por sí sola NO es suficiente para corregir la deshidratación!)

Fontanela elevada y redondeada

Una fontanela ligeramente elevada puede ser normal, sobre todo si el bebé llora o es manoseado en posición tumbada.

Pero una fontanela protuberante, elevada, tensa, palpada en un niño en posición sentada y tranquilo o sufriendo y enfermo puede ser en cambio el signo de un problema incluso potencialmente grave. Significa, de hecho, que se puede estar acumulando un exceso de líquido dentro del cráneo o que está creciendo una masa que está ocupando espacio y, por tanto, provocando la elevación de la fontanela.

Ante la más mínima duda, sobre todo en los primeros meses de vida o con fiebre u otros signos neurológicos, es imprescindible que el niño sea evaluado rápidamente por el pediatra, que puede tranquilizar a los padres o valorar una investigación diagnóstica rápida.

Tiene una costra láctea… ¿puedo limpiar el cuero cabelludo sin problemas aunque haya fontanelas?

A menudo, los recién nacidos presentan una dermatitis característica que puede estar presente en el cuero cabelludo en particular, llamada dermatitis seborreica (o costra de leche) con escamas gruesas y grasientas. A veces los padres tienen miedo de llevar a cabo la terapia recomendada por temor a lastimar al bebé debido a la presencia de la fontanela. En realidad, con un poco de cuidado, es posible utilizar tanto los productos específicos recomendados como el peine para eliminar las escamas.

Recibió un golpe en la cabeza y todavía tiene la fontanela abierta….

Como se ha dicho, el tejido de las fontanelas del bebé, aunque no tiene la consistencia del hueso, es afortunadamente muy resistente. Sin embargo, en el caso de un traumatismo craneal siempre es aconsejable vigilar cuidadosamente el estado general y, si es necesario, realizar un examen pediátrico.