Embarazo

¿Es normal sudar más durante el embarazo?

Los cambios hormonales también provocan un aumento de la temperatura corporal, por lo que es normal sudar más durante el embarazo, especialmente por la noche.La temporada de verano puede ser difícil de sobrellevar durante el embarazo: el calor, de hecho, favorece la falta de aire, los calambres musculares y la hinchazón de las piernas.

La sudoración excesiva suele producirse principalmente en el primer y tercer trimestre y puede aparecer ya al principio del embarazo. Además, el problema suele continuar en el periodo postnatal, especialmente si la madre está amamantando.

Entonces, ¿qué debe hacer para defenderse? Lo explicamos en este artículo.

¿Por qué se suda más durante el embarazo?

La razón es sencilla. La sudoración durante el embarazo aumenta debido a la progesterona, que estimula la dilatación de los vasos sanguíneos y, por tanto, un mayor flujo de sangre a la piel.

La consecuencia es un aumento de la temperatura corporal, que a su vez activa el reflejo de la sudoración.

Además, no hay que olvidar que durante el embarazo, el cuerpo necesita más energía para mantener el crecimiento del bebé y el metabolismo se acelera, lo que conlleva una mayor producción de calor y, por tanto, de sudor.

Por último, el aumento de peso también puede influir, al igual que la ansiedad, el estrés y otros factores emocionales. En otros casos, sin embargo, la transpiración excesiva puede estar asociada a la presencia de una enfermedad.

Sudoración durante el embarazo: ¿qué remedios?

La transpiración excesiva puede causar deshidratación, baja presión sanguínea e irritación de la piel. Afortunadamente, hay algunas medidas sencillas que pueden ayudarte a combatir la sudoración excesiva durante el embarazo. Esto es lo que son.

1. Beber al menos dos litros de agua al día

Esto le permitirá reponer los líquidos perdidos a través del sudor y reducir el riesgo de deshidratación. También te ayudará a combatir la retención de líquidos y las bajadas bruscas de tensión.

Evita las bebidas excesivamente frías o el alcohol, que siempre son desaconsejables durante el embarazo y más aún cuando hace calor.

2. Limitar el consumo de té, café y bebidas gaseosas o azucaradas

Luz verde en cambio a los zumos y jugos de frutas, con sus propiedades para calmar la sed y tonificar, y a las infusiones a base de malva, hibisco y salvia, que ayudan a combatir la sudoración excesiva.

3. Cuidar la alimentación

En particular, favorecer el consumo de frutas y verduras frescas, ricas en agua, vitaminas y sales minerales, para restablecer la hidratación y contrarrestar la aparición de calambres musculares. Por otro lado, evite los alimentos picantes, grasos o difíciles de digerir y limite el consumo de sal para no acentuar la retención de líquidos.

4. Limitar la exposición al sol

Procura no salir durante las horas más calurosas del día y cuando estés al aire libre utiliza siempre una crema solar con un alto factor de protección. Esto ayudará a prevenir la aparición del cloasma, una imperfección de la piel muy común durante el embarazo, caracterizada por la aparición de antiestéticas manchas marrones en la cara.

5. Mantener el entorno fresco y ventilado

Abre las ventanas por la mañana y por la noche, y ciérralas durante las horas más calurosas del día, sombreándolas con cortinas, persianas o venecianas. Si es posible, utiliza un aparato de aire acondicionado para bajar la temperatura y el nivel de humedad de las habitaciones, procurando poner el termostato 5 o 6 grados por debajo del exterior para evitar cambios excesivos de temperatura.

6. Refréscate a menudo

Las duchas y baños frecuentes con agua tibia (y posiblemente un poco de almidón de arroz) pueden ser una buena ayuda para combatir la sensación de tirantez. Sin embargo, para evitar que la piel se deshidrate demasiado, prefiera un limpiador suave y sin espuma, que sólo debe utilizarse en las zonas que más sudan (como las axilas). También puede refrescar las sienes, las muñecas y los tobillos con frecuencia o aplicar una compresa húmeda en la frente o la nuca.

7. Llevar ropa cómoda, ligera y preferiblemente de fibra natural

Además de favorecer la transpiración, este tipo de ropa ayudará a prevenir la aparición de molestas irritaciones en la piel.

8. Realizar una actividad física adecuada

Evite hacer deporte durante las horas de más calor y prefiera el ejercicio acuático, como nadar y caminar en el mar o la piscina. Este tipo de actividad, además de aliviar la sensación de calor, ayudará a estimular la circulación sanguínea y a combatir las piernas hinchadas y la aparición de varices.

9. Consulte a su médico

Podrá evaluar la necesidad de cualquier investigación e indicar el remedio más adecuado para aliviar las molestias. En caso de fatiga severa o calambres musculares frecuentes, por ejemplo, puede recomendar la toma de suplementos de magnesio y potasio

Sudoración en el embarazo: ¿cuándo preocuparse?

Sentirse acalorada y sudar más es completamente normal en el embarazo y no supone un problema para la salud de la madre y el bebé, siempre que la pérdida de líquidos y minerales se compense con una ingesta adecuada de agua y alimentos.

La deshidratación excesiva, en cambio, puede tener consecuencias muy graves, ya que puede favorecer el desarrollo de infecciones urinarias, provocar mareos y desmayos (con riesgo de caídas) o provocar contracciones uterinas, que en algunos casos pueden llevar a un inicio prematuro del parto.

Por estas razones, en presencia de:

  • sed intensa
  • calambres musculares, especialmente por la noche
  • debilidad
  • presión arterial baja, mareos o palpitaciones
  • ansiedad
  • piel y mucosas secas
  • orina oscura

es esencial beber mucho líquido para reponer los líquidos perdidos y, si los síntomas no mejoran, contactar con el médico.

Principales fuentes


Comentarios