Embarazo

Posiciones de la placenta: anterior, posterior, fúndica, previa

La placenta es un órgano clave durante el embarazo, ya que permite el intercambio de sustancias (nutrientes y residuos) entre la madre y el feto.

Consta de dos partes, la materna, o decidua basal, que se desarrolla a partir del tejido materno, y la parte fetal que se origina en el blastocisto.

Las funciones de la placenta son múltiples, ya que permite:

  • la absorción de nutrientes,
  • regulación térmica,
  • la eliminación de sustancias de desecho
  • el intercambio gaseoso entre la madre y el feto

También produce hormonas que favorecen el embarazo, permite el paso de anticuerpos y actúa como filtro de numerosos patógenos.

La placenta en el parto se expulsa en la fase de secundarización (ver etapas del parto).

placenta anterior

Placenta anterior

Posiciones de la placenta

La placenta se forma en la parte de la pared del útero donde se produce la implantación.

Por lo tanto, la placenta puede ser localizada

  • en la parte superior/inferior del útero (placenta fúndica), Atención: fondo del útero significa la parte opuesta al cuello uterino.
  • en el lado derecho o izquierdo del útero
  • en la parte anterior (entre el vientre y el bebé) y en este caso se habla de placenta anterior
  • en la parte posterior del útero, cerca de la columna vertebral, se denomina placenta posterior
Placenta fundica

Placenta fundica

Todos estos son lugares normales donde se puede localizar la placenta. Sin embargo, si la placenta cubre parcial o totalmente el cuello uterino, que es la abertura del útero, se habla de placenta previa y esta condición conlleva ciertos problemas.

Por lo general, el médico comprobará la posición de la placenta durante la ecografía que se realiza hacia la mitad del embarazo, entre las semanas 18 y 21 de gestación.

placenta posterior

Placenta posterior

La placenta anterior

Tener una placenta anterior no debería causar ningún problema para la madre o el bebé, pero hay algunas pequeñas diferencias que puedes notar en comparación con otras colocaciones. La placenta anterior puede empañar la percepción de los movimientos del bebé, por lo que puede tardar más en notarlos. Sin embargo, a medida que el bebé crece, la madre aprenderá a reconocer los movimientos y cómo se producen.

Aunque la placenta anterior puede dificultar la percepción de los movimientos del bebé, siempre debes confiar en tu matrona (o médico) si tienes la impresión de que el bebé se mueve menos. Si tienes una placenta anterior no debes utilizar kits caseros de monitorización de la frecuencia cardíaca fetal, ya que pueden dar una falsa impresión del bienestar del bebé.

¿Existen posibles complicaciones en el caso de la placenta anterior?

Una placenta anterior no suele ser motivo de preocupación. Pero existe la posibilidad de que la placenta anterior descienda en lugar de ascender.

A medida que el bebé crece y el útero se expande, la placenta puede desplazarse ligeramente hacia arriba. Si se mueve hacia abajo, pueden surgir complicaciones.

La bajada de la placenta anterior puede complicar una cesárea debido a un mayor riesgo de hemorragia por dos motivos principales

  • La placenta puede estar situada justo en el lugar donde el ginecólogo debe hacer la incisión en el vientre. En este caso el médico tendrá que hacer un corte más alto, la mejor posición para la incisión será elegida por ultrasonido.
  • Si la mujer ha tenido una cesárea previa, la placenta puede haber crecido de forma anormal, dando lugar a lo que se conoce como placenta accreta. En la placenta acreta, las vellosidades de la placenta no están contenidas en las células deciduales del útero, como ocurre normalmente, sino que se extienden en el miometrio, que es el tejido muscular del útero que se encuentra debajo del endometrio.
    Se trata de una afección poco frecuente, pero es más probable que ocurra si ya se ha practicado una cesárea. La ecografía puede ayudar al diagnóstico para que su médico pueda planificar una cesárea segura.

Si la placenta cubre parcial o totalmente el cuello uterino, se habla de placenta previa, una condición que requiere una cesárea para dar a luz al bebé.