Embarazo

Viajar en avion embarazada: todo lo que debe saber

Viajar en avion embarazada

¿Se puede viajar en avion embarazada?

Sí, en ausencia de complicaciones particulares, puede viajar en avion durante el embarazo, aunque deben tomarse algunas pequeñas precauciones.

En cualquier caso, antes de reservar cualquier viaje, siempre es aconsejable preguntar a su obstetra o ginecólogo si existen las condiciones para viajar.

Antes de partir, también es conveniente informarse sobre las instalaciones hospitalarias del país de destino, para tener la seguridad de contar con la asistencia adecuada en caso de necesidad. Por último, recuerde llevar su historial médico con los exámenes realizados.

¿Se puede viajar en avión durante el primer trimestre de embarazo?

Si la gestación avanza fisiológicamente y el médico está de acuerdo, es posible viajar en avión incluso durante los tres primeros meses de embarazo.

En realidad, sin embargo, el mejor momento para volar es el segundo trimestre, cuando las náuseas matutinas disminuyen o desaparecen por completo, la barriga del bebé no es incómoda y la energía está en su punto máximo.

¿Hasta cuándo se puede volar durante el embarazo?

Por lo general, salvo que el médico indique lo contrario, una mujer embarazada puede volar también en el tercer trimestre, pero sólo hasta las 36a semanas (que corresponden al final del 8º mes) en el caso de un embarazo único, y hasta las 32a semanas (que corresponden al final del 7º mes) en el caso de un embarazo gemelar).

Sin embargo, tenga cuidado: en el último trimestre del embarazo, algunas compañías aéreas pueden exigir un certificado emitido por un ginecólogo en el que se indique que el embarazo evoluciona sin problemas. Por lo tanto, antes de salir, siempre es importante informarse bien con la compañía aérea.

¿Es peligroso viajar en avion embarazada?

Como ya hemos dicho, en ausencia de problemas de salud para la madre y el bebé, tomar un avión durante el embarazo no es peligroso: sin embargo, hay que tomar precauciones para reducir algunos posibles riesgos.

  • Riesgo de trombosis venosa

Los estudios han demostrado que viajar sin moverse durante más de cuatro horas aumenta el riesgo de trombosis venosa, es decir, la formación de coágulos en las venas. 

Por lo tanto, durante los viajes largos en avión (pero también en tren o en coche), es importante mover las piernas a menudo, evitando mantenerlas dobladas o cruzadas durante demasiado tiempo, y dar unos pasos al menos una vez cada hora.

En particular, se aconseja a las futuras madres que lleven medias elásticas, que ayudan a reactivar la circulación.

  • Radiación cósmica

La radiación cósmica (a la que solemos estar protegidos por nuestra atmósfera) aumenta su intensidad a medida que aumenta la altitud.

Sin entrar en detalles, una persona no debería superar un umbral de radiación cósmica de 1 mSv (milisievert) al año. Y esto también se aplica al feto.

El viaje intercontinental más largo sólo alcanza el 15% de este límite. Además, se calcula que para acumular 1 mSv sería necesario volar unos 129.000 kilómetros, una distancia muy superior a la que recorre un viajero ocasional, pero que los pilotos y auxiliares de vuelo deberían tener en cuenta.

También hay que tener en cuenta los aumentos de radiación debidos a las tormentas solares, pero éstos se registran generalmente durante períodos cortos (un par de horas). En cualquier caso, estas tormentas se vigilan para la seguridad de las mujeres embarazadas.

  • Mareos

En personas predispuestas, viajar en avión puede provocar el llamado mareo (cinetosis), con posibles dolores de estómago, náuseas, vómitos o mareos.

Para reducir estos síntomas, el consejo es sentarse en el ala y comer un bocadillo ligero antes de volar.

Embarazo y vuelo: contraindicaciones

Hay ciertas situaciones en las que está absolutamente contraindicado volar durante el embarazo, como en el caso de:

  • signos de un posible aborto espontáneo (como calambres abdominales, dolor abdominal o sangrado vaginal)
  • preeclampsia
  • insuficiencia cervical
  • observación continua para el parto prematuro
  • ruptura prematura de membranas (RPM)

Además, el ginecólogo podría desaconsejar viajar en avión en presencia de:

  • condiciones de riesgo, como la presencia de diabetes o hipertensión, anemia grave, insuficiencia placentaria o problemas de coagulación
  • reducción del crecimiento intrauterino
  • placenta previa

¿Puede la presión de la cabina del avión dañar al feto?

Si usted y su bebé gozan de buena salud y su ginecólogo aprueba los viajes en avión durante el embarazo, la presión no debería ser un problema.

Las cabinas de los aviones están presurizadas para la comodidad de los pasajeros y se espera que todas las compañías aéreas comerciales mantengan niveles de presión de cabina estándar. En consecuencia, el cambio en el nivel de oxígeno es demasiado pequeño para afectar al tejido o al líquido que rodea al niño.

Sin embargo, esta variación provocará cambios fisiológicos en su cuerpo, que servirán para garantizar que usted y su bebé reciban suficiente oxígeno. Entre ellos, un aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca.

Obviamente, no es el caso de volar en aviones pequeños y no presurizados durante el embarazo.

Tomar el avión durante el embarazo: consejos

  • Abróchese siempre el cinturón de seguridad cuando esté sentado para evitar traumatismos en caso de turbulencias inesperadas.
  • Evite estar demasiado tiempo de pie: si es posible, reserve un asiento en el lado del pasillo, para poder levantarse con más frecuencia y estirar las piernas (o usar el baño).
  • Mientras esté sentado, estire las piernas y flexione los pies con la mayor frecuencia posible para minimizar la hinchazón.
  • Si el viaje dura más de cuatro horas, use medias elásticas durante el vuelo.
  • Beba regularmente (evitando las bebidas gaseosas) para combatir la estasis venosa y los efectos deshidratantes del aire seco de la cabina. ¿La regla? Al menos un litro de agua por cada cinco horas de vuelo.
  • Si sufre de mareos, no viaje con el estómago vacío, pero al mismo tiempo evite las comidas excesivamente copiosas.
  • También en caso de mareo, solicite un asiento en el centro del avión, por encima del ala.
  • Lleve ropa suelta y cómoda, preferiblemente de fibras naturales, y ropa «tipo cebolla».
  • Para evitar un esfuerzo excesivo, planifique bien sus viajes y posibles conexiones.

Principales fuentes

 


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